miércoles, marzo 14, 2007

DECIR A LA DROGA ¡NOOOO!

Presión de grupo y consumo de drogas

La presión ejercida por el grupo de iguales es uno de los factores que más se asocian al inicio del consumo de drogas, así como a las situaciones de abuso.

Sin embargo, antes de empezar a hablar sobre las estrategias a seguir, si queremos aumentar la resistencia a la presión de grupo, hay que puntualizar algunas cosas.

Uno de los elementos que todas las investigaciones señalan como relevante en el inicio del consumo de drogas, es la presión ejercida por el grupo de iguales. En esta edad el grupo de amigos y amigas se convierte en un aspecto fundamental para el adolescente. El adolescente es especialmente vulnerable ante la presión del grupo de iguales pues necesita sentirse partícipe de él, compartir los rasgos que lo definen, tener un papel que desempeñar en el mismo, sentirse valorado por sus amigos, etc.

La presión del grupo se manifiesta de diferentes formas. Algunas veces la presión del grupo puede ser negativa o perjudicial. Es el caso, por ejemplo, de la presión para hacer cosas perjudiciales o poco inteligentes, como beber alcohol, fumar, violar la ley o destrozar cosas. El actuar así supone ser aceptado por los miembros del grupo y ganarse el aprecio de sus amigos. El no hacerlo puede entrañar el riesgo de ser expulsado del grupo. Son muchas las estrategias que utilizamos las personas para intentar convencer a otros de que hagan lo que deseamos. A continuación te presentamos algunas de las más habituales. Es importante que el individuo las conozca ya que así le será más fácil darse cuenta cuando le estén intentando convencer.

Estrategia Ejemplo

Ridiculizar
“Eres un gallina”
“No insistáis más, lo que pasa es que es un niñato”
Retar
“A que no te atreves”
“No eres capaz”
Adular, hacer la “pelota”
“Con lo inteligente que eres, no te costaría nada”
Amenazar
“Como no lo hagas, dejaremos de ser tus amigos”
Prometer recompensas
“Si lo haces, te daré lo que quieras”

Insistir
“Venga, ven con nosotros. Di que sí.
Venga. Vamos, anímate. Vente….”

Engañar “Yo ya lo he hecho antes y no pasa nada”

Sin embargo, la presión de grupo no siempre es negativa. No siempre que nos intentan persuadir es para hacer algo malo; a veces los otros pueden tener razón, por lo que la forma adecuada de responder a la persuasión no es negarse sistemáticamente a hacer lo que nos piden. El adolescente debe aprender cuándo es conveniente que se resista a la presión de sus iguales y cuándo no es necesario. Primero se debería escuchar lo que nos piden, compararlo con lo que nosotros deseamos y después tomar la decisión por uno mismo, escogiendo lo más conveniente. De esta manera, evitaremos por tanto, las respuestas impulsivas o casi inconscientes.

Pasos para responder a los intentos persuasivos.
  1. Escuchar lo que la otra persona nos dice.
  2. Comparar lo que deseamos hacer nosotros con lo que quiere la otra persona.
  3. Decidir por nosotros mismos lo que debemos hacer.
  4. Comunicar nuestra decisión. Si decidimos no hacer lo que nos piden debemos rechazar la propuesta de forma clara y sencilla. Para ello, es importante poseer la habilidad para decir “no” e imponer unos límites a las actuaciones de los demás si es necesario.

Según se ha demostrado, aprender a decir NO es parte de un proceso a través del cual adolescentes y jóvenes pueden resistirse a la presión negativa de los compañeros. Y eso se puede aprender.

2. EL COMPORTAMIENTO ASERTIVO

Cuando vayamos a decir que “No” a alguien, debemos ser capaces de defender nuestros propios derechos al mismo tiempo que respetar que los demás puedan tener opiniones distintas de las nuestras. Para aprender a decir NO es necesario aprender primero a comportarse asertivamente.

La asertividad es un comportamiento verbal (lo que se dice) y no verbal (como se dice), que defiende nuestros derechos personales al mismo tiempo que se respetan los derechos de los demás.

Así, una persona se comporta asertivamente cuando:

- Conoce cuáles son sus derechos e intereses personales.
- Los defiende mediante una serie de habilidades de conducta.
- Estas habilidades le permiten ser objetivo y respetuoso consigo mismo y con los demás.

Los comportamientos no asertivos pueden ser de dos tipos: agresivos y pasivos. Veamos las diferencias entre los tres:

Conducta pasiva

No se expresan los sentimientos y pensamientos, o se expresan de manera ineficaz, negativa e inadecuada (excusas, sin confianza, con temor…). Sólo tiene en cuenta los derechos de los demás.

Conducta agresiva

Se expresan sentimientos, ideas y pensamientos, pero sin respetar a los demás, emitiendo normalmente conductas agresivas directas (insultos, agresión física) o indirectas (comentarios o bromas sarcásticas, ridiculizaciones). Sólo tiene en cuenta sus propios derechos.

Conducta asertiva

Se expresan directamente sentimientos, ideas, opiniones, derechos, etc., sin amenazar, castigar o manipular a otros. Respeta los derechos propios y los de los demás.

Características del estilo de respuesta pasiva, adecuada (asertiva) y agresiva:

PASIVA ASERTIVA AGRESIVA
Frases genéricas
No se dice nada o se utilizan
expresiones indirectas.

“Quizás…”, “No tiene
importancia pero…”
Frases en primera persona
Expresión de preferencias y
Ruegos

“Pienso”, “Siento”,
“Me gustaría”
Frases en segunda persona
Acusaciones, críticas y
Exigencias

“Deja de …”, Harías mejor
en…”. “Ten cuidado”

Tono de voz bajo.
Discurso dubitativo y vacilante.
Tono de voz firme y audible
Discurso calmado Tono de voz elevado
Discurso rápido y atropellado
Contacto visual mínimo
Postura corporal hundida Contacto visual.
Postura corporal firme pero
relajada. Mirada fija y agresiva
Postura tensa

3. LOS DERECHOS ASERTIVOS BÁSICOS

Quien desee decir NO a las drogas debe partir del reconocimiento de estos dere¬chos asertivos básicos:

  1. Derecho a ser tratado por los demás con respeto y dignidad.
  2. Derecho a poder expresar libremente nuestros sentimientos y opiniones.
  3. Derecho a tomar nuestras propias decisiones, aún a riesgo de equivocarnos.
  4. Derecho a satisfacer nuestras propias necesidades siempre y cuando con ello no perjudiquemos a los demás.
  5. El derecho a cambiar.
  6. El derecho a cometer errores.
  7. El derecho a gozar y a disfrutar.
  8. El derecho a ser independiente.
  9. Derecho a decir “NO” sin sentirse por ello culpable o egoísta.
  10. El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta que también los demás tienen derecho a decir “NO”.

4. TÉCNICAS ASERTIVAS PARA DECIR “NO”

Cuando una persona ha tomado la decisión de no consumir, es importante que posea la habilidad para comunicar a los demás este hecho e imponer unos límites a las actuaciones de los demás si es necesario. Para ello hay que:

  • Buscar el momento y el lugar apropiados.

  • Utilizar expresiones verbales correctas: expresión directa, sin rodeos; mensajes “yo”, breve y claro, utilizar modismos del tipo: “lo siento, pero no voy a tomarlo”, “te importaría dejar de meterte conmigo”.

  • Utilizar expresión no verbal, lenguaje corporal asertivo (tono de voz firme y tranquilo, contacto ocular, distancia cercana al interlocutor). Se trata de decirlo de forma amable, respetuosa y positiva, sin ser autoritario.

A continuación vamos a conocer algunos procedimientos que nos ayudaran a comunicar a los demás de una forma asertiva nuestra decisión de “No” consumir.

  • “Sencillamente di no”

Consiste sencillamente en decir “No” ante cualquier petición que no nos agrade, para que nadie nos manipule. La palabra “sencillamente” se refiere a que no hace falta darle muchas vueltas para decir ciertas cosas, ya que basta con un NO. No hay que poner morros y enfadarse con el grupo.

¿Cómo hacerlo?

  • Decir que NO: un no sencillo y rotundo.
  • Si la otra persona insiste en su petición, continuar diciendo una y otra vez que No empleando nuevas formulas: No, que va, Ni hablar, De eso nada, Que no, etc.

Ejemplo:

  • “Toma, prueba ésto con nosotros”
    NO

  • “¡Venga, pruébalo!
    “NO gracias”

  • “ ¡Pero si lo vamos a pasar guay!”
    “Lo siento. NO me interesa….”

  • “ ¡ Venga no seas borde!”
    “Perdona, pero ya sabes que NO”

  • “Todo el mundo las toma, ¡venga pruébalo!”
    “No, no me líes, he dicho que NO”

  • “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
    “Muy bien, pero NO quiero….”

  • “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
    “Lees mis labios. NO”

- “Disco rayado”

Consiste en la repetición de las palabras que expresan nuestros deseos, pensamientos, etc., sin enojarnos ni levantar la voz y sin hacer caso de las presionen o intentos de desviación por parte de la otra persona. Es como si tuviera grabada la respuesta automática, y ¡no hay nada que hacer! ya que suscita en el otro la resig¬nación que, ante una máquina, no vale la pena insistir pues repetirá lo grabado cuan¬tas veces sea necesario y sin atender a nuevos mensajes.

¿Cómo hacerlo?

  • Repetir la frase que exprese nuestro deseo sobre un aspecto concreto, aunque no aporte demasiadas explicaciones.

  • Repetirla una y otra vez, siempre de forma serena, ante las intervenciones de la otra persona.

Ejemplo:

  • “Toma, prueba ésto con nosotros”
    “Lo siento. NO me interesa….”

  • “¡Venga, pruébalo!
    “Lo siento. NO me interesa….”

  • “ ¡Pero si lo vamos a pasar guay!”
    “Lo siento. NO me interesa….”

  • “ ¡Venga no seas borde!”
    “Lo siento. NO me interesa….”

  • “Todo el mundo las toma, ¡venga pruébalo!”
    “Lo siento. NO me interesa….”

  • “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
    “Lo siento. NO me interesa….”

  • “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
    “Lo siento. NO me interesa….”

- “Ofrecer alternativas”

Consiste en proponer algo positivo, que guste a la gente. Aunque a veces el presentar una alternativa se parece mucho a “cambiar de tema”, el ofrecer algo positivo que guste a la gente supone una cierta riqueza de ofertas y un cierto poder de arrastre.

¿Cómo hacerlo?

- Buscar algo atractivo y proponerlo con entusiasmo.
- Insistir sin decaer ante la posible reacción negativa de los demás.
- Buscarse el apoyo de alguien dispuesto a seguir lo propuesto.

Ejemplo:

“Toma prueba ésto con nosotros”
“Que os parece si mejor hacemos una apuesta a ver quien aguanta más bailando”

- “Para ti - Para mí”

Es una técnica que se emplea cuando al manifestar nuestra negativa, podemos ser objeto de presiones, agresiones verbales o críticas injustas para intentar manipularnos. Cuando la empleamos conseguimos dos cosas: no enfadarnos cuando otros/as nos critican, y que no se salgan con la suya.

¿Cómo hacerlo?

Partimos de una situación en la que otra persona nos hace una petición que no queremos acep¬tar. Por ejemplo: Un amigo nos ofrece una pastilla de éxtasis y le manifestamos nuestro deseo de no consumir.

  • Paso previo: EXPLICACIÓN + DECISIÓN.
    “No me apetece tomarla, gracias”
    Ante cualquier insulto o crítica injusta que nos dirija el otro, por ejemplo: “eres un cobarde, no te atreves…” :

  • Primer paso: PARA TI + (Repetir lo que dijo la persona que critica): “Para ti seré un cobarde”.

  • Segundo paso: PARA MÍ + (Decir algo positivo de uno/a mismo/a): “Pero para mí soy una persona que sabe divertirse.” Repetir el proceso el tiempo que sea necesario.

- “Banco de niebla”

Es una técnica que se emplea cuando al manifestar nuestra negativa, podemos ser objeto de presiones, agresiones verbales o críticas injustas para intentar manipularnos. Consiste en reconocer la razón o posible razón que pueda tener la otra persona, pero expresando la decisión de no cambiar nuestra conducta. Es huir del riesgo, sin atacar demasiado al que te dice u ofrece algo. De algún modo,
se trata de no entrar en discusión.

¿Cómo hacerlo?

  1. No entrar en discusión sobre las razones parciales, que incluso pueden ser acep¬tables.
  2. Dar la razón a la otra persona: reconocer cualquier verdad contenida en sus declaraciones cuando nos propone algo que no nos parece conveniente, pero sin aceptar lo que propone.
  3. Dar la razón y la posibilidad (sólo la posibilidad) de que las cosas pueden ser como se nos presentan. Utilizar expresiones, tales como: “Es posible que…”, “Puede ser que…”.
  4. Después de reflejar o parafrasear lo que acaba de decir la otra persona, podemos añadir a continuación una frase que exprese nuestro deseo de no consumir: “pero lo siento, no puedo hacer eso”, “…pero no gracias”, “…pero prefiero no tomarlo”.

Ejemplo:

  • “ ¡Pero si lo vamos a pasar güay!”
    “Puede ser que lleves razón, pero prefiero no tomarlo”

  • “ ¡ Venga no seas borde!”
    Si, puede ser que yo sea un borde, pero no lo tomaré”

  • “Todo el mundo las toma, ¡venga pruébalo!”
    Es posible que todo el mundo las tome, pero yo no” }

  • “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
    “Es posible que tengas razón y no pase nada, pero no gracias”

  • “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
    “Puede que tengas razón, pero no me apetece”

- RECOMENDACIONES PARA “DECIR NO SIN PERDER AMIGOS”:

1. Ante cualquier petición que no nos agrade, relacionada con el consumo de drogas, decir que NO: un No claro, firme y sin excusas.

2. Repetirlo las veces que sean necesarias (emplear nuevas fórmulas de “decir NO” o utilizar el “disco rayado”):

  • “¡Venga, pruébalo!
    “NO gracias”

  • “ ¡ Venga no seas borde!”
    “Perdona, pero ya sabes que NO”

  • “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
    “Muy bien, pero NO quiero….”

  • “ ¡Pero si lo vamos a pasar guay!”
    “Lo siento. NO me interesa…”

  • “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
    “Lo siento. NO me interesa…”

  • “¡Venga tío, enróllate!”
    “Lo siento. NO me interesa…”

3. Si es posible, proponer otras alternativas.

  • “Toma prueba ésto con nosotros”
    “Que os parece si mejor hacemos una apuesta a ver quien aguanta más bailando”

4. Si al manifestar nuestra negativa, la persona que nos intenta convencer, utiliza la agre¬sión verbal y la crítica injusta para intentar manipularnos, podemos utilizar la técnica “Para ti / Para mí” o la técnica “Banco de niebla”:

  • “Creo que eres un egoísta”

    “Puede que tengas razón y a veces me comporte egoístamente” (banco de niebla).
    “Para ti seré un egoísta, pero para mi soy una persona que sabe divertirse” (Para ti/para mí)).

5. Si nos insisten intentando obligarnos, dejar de dar respuestas, SALIR DEL LUGAR, RETIRERENCE.

lunes, marzo 12, 2007

HABLEMOS HOY DE DEPRESIÓN...

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¿ POR QUÉ HABLAMOS HOY DE DEPRESIÓN ?
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Las causas son variadas y aquí probablemente no se abarquen todas, entre ellas cabe mencionar las siguientes:

  • Dentro del carácter vergonzante que para la opinión pública tienen las enfermedades mentales, es quizá la depresión la que a fuerza de popularizarse, está siendo más tolerada socialmente.

  • Cada vez es más conocida, por médicos, por psicólogos y por los propios pacientes, con lo que se va evitando su confusión con otro tipo de dolencias

  • Popularmente ya se distingue entre tener un mal día, con la moral baja, o incluso una semana de acontecimientos desafortunados que te hagan estar triste y desganado, y tener una depresión.

  • El aumento de la esperanza de vida hace que cada vez sean más las personas que han pasado por un primer episodio depresivo, sin saber bien lo que les pasaba, sucediendo que en la segunda ocasión ya suelen tener más información y mayor conciencia de lo que les sucede, encuadrando el suceso dentro de las características de una depresión.

  • La medicina sigue investigando y va encontrando fármacos con los que luchar contra la ansiedad y desasosiego (tranquilizantes), para mitigar el abatimiento y la apatía (euforizantes), para combatir el insomnio (hipnóticos), síntomas todos ellos que suelen acompañar a la depresión.Con ellos son tratados ambulatoriamente los pacientes y suele ser el momento en que se les dice que tienen una depresión.

  • También se va popularizando la figura del psicólogo, y se va entendiendo que éste profesional, junto con el psiquiatra que controla la medicación, tiene dentro de su bagaje conocimientos adecuados para tratar estas dolencias. La población se da cuenta de que cuando tiene problemas afectivos, éstos alteran su salud física, al igual que cuando tiene una dolencia física se altera su estado de ánimo.

  • Los medios de comunicación han empequeñecido el mundo, es tanto lo que difunden, que en la sociedad occidental hoy día parece que todo el mundo sabe un poco de todo, o por lo menos ha oído hablar de ello. Así pasa con la depresión. No es que la depresión sea una enfermedad nueva, pues ya Hipócrates (s. V a. de C.) se refería a ella describiendo los efectos de la bilis negra, pero lo que sí es seguro, siempre refiriendose a occidente, es que nuestro modo de vida actual, tan despersonalizado, tan competitivo, tan desarraigado, es un caldo de cultivo muy adecuado para que se generen las alteraciones que encuadramos como depresión


¡ NO LO HEMOS DICHO !, pero, ¿ QUÉ ES LA DEPRESIÓN ?

Refiriendonos al trastorno depresivo mayor, al margen de otras posibles combinaciones con otros trastornos, y tal y como lo describe el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV), un episodio depresivo mayor es una alteración del estado de ánimo que se caracteriza por los criterios que a continuación se indican.

Criterios simplificados de episodio depresivo mayor.- Al menos ha de haber cinco o más de los siguientes síntomas durante un período de dos semanas, cuando previamente no se habían manifestado al menos durante dos meses. Entre los cinco síntomas ha de figurar estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés o la capacidad para el placer.

  • Estado de ánimo deprimido casi cada día y la mayor parte del día.
  • Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades.
  • Pérdida importante o aumento de peso.
  • Insomnio o hipersomnia casi cada día.
  • Agitación o enlentecimiento psicomotores.
  • Fatiga o pérdida de energía.
  • Sentimientos de inutilidad o de culpa inapropiados.
  • Indecisión o disminución de la capacidad de pensar o concentrarse.
  • Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida.

Los síntomas que presenta el paciente provocan malestar o deterioro social, laboral o de otras áreas de actividad.

No se considerarán como tales síntomas depresivos los provocados por medicación o enfermedad médica. Tampoco se considerarán los que sean consecuencia directa, de duración normal, de un duelo o pérdida familiar.

Uno o más de estos episodios depresivos mayores, sin estar mezclado con otros trastornos del estado de ánimo (manía, hipomanía, trastorno mixto, ...), es lo que se considera un trastorno depresivo mayor.

Otras consideraciones.- Dado que la etiología de la depresión es multifactorial, excluidas las enfermedades médicas y medicaciones que pueden originar una depresión, el camino a seguir es el análisis de las vivencias que nos describe el enfermo o sus familiares, para saber que síntomas son propios de la depresión y cuales son derivados de la misma.

Hay otros trastornos muy próximos a la depresión, que también pueden provocar sufrimiento y resultar invalidantes para el paciente.

Los profesionales, aparte de su experiencia u ojo clínico, suelen ayudarse de pruebas o test psicológicos, pruebas proyectivas y escalas de evaluación o autoevaluación. Como síntomas derivados de la depresión están la ansiedad, modificaciones del carácter, trastornos psicosomáticos como dolores de cabeza, en la nuca, espalda, en torno al corazón, estómago, intestinos, ...

Se puede decir que un alto porcentaje de los pacientes, vistos en consulta ambulatoria, lo que presentan son depresiones enmascaradas de diversa gravedad.

El propio paciente la mayoría de las veces no sabe lo que le sucede, simplemente se encuentra mal, y son las personas de su entorno las que parecen darse más cuenta, a veces sin prestarle la atención que la seriedad del padecimiento requiere.

El mayor riesgo de la depresión es el suicidio, pero no debemos restar importancia a los síntomas comentados que afectan a la salud integral del individuo y le hacen sufrir.

¿ SABEMOS CUALES SON LAS CAUSAS DE LA DEPRESIÓN ?

No podemos asegurarlo a ciencia cierta. Se encuentran posturas partidarias de la consideración endógena, es decir, la depresión debida a factores constitucionales, internos, de origen biológico y de predisposición hereditaria.

Otra postura es la consideración exógena de la depresión, esto es, factores que se encuentran en el medio ambiente del paciente, como stress, acontecimientos laborales, profesionales, familiares, situaciones de pérdida (la muerte de un ser querido, una ruptura, etc.).

Realmente no serían los factores ambientales propiamente dichos los que desencadenasen la depresión, más bien sería la forma en que lo vive y el cómo reacciona el paciente, lo que puede hacer que se precipite una depresión.

Una tercera postura es la que considera que en una depresión pueden estar implicados ambos factores, tanto endógenos como exógenos, en distintas proporciones en los distintos pacientes. Realmente es difícil encontrar una alteración física que no afecte al estado de ánimo y viceversa. El estado de ánimo y el cuerpo solo se pueden desgajar teóricamente.

¿ SE PUEDE PREVENIR LA DEPRESIÓN ?

Cuando se ha pasado por varias depresiones y se tienen datos suficientes para pensar que son orgánicas, existe medicación que previene, con distinta eficacia según los casos, la aparición de futuros episodios depresivos.

Un modo de vida adecuado puede hacernos más inmunes a la depresión. Cada persona ha de encontrar la forma en que quiere vivir, quizá lo más conveniente sería diversificar los intereses y encontrar un equilibrio entre ellos, considerar los diversos aspectos de nuestra vida como el trabajo, el descanso, la familia, la pareja, los hijos, las amistades, los hobbies, la vida espiritual, y desarrollarlos adecuadamente. La polarización sobre unos aspectos, olvidando los otros, nos hacen más vulnerables.

¿CÓMO DEBE TRATAR LA FAMILIA Y LOS AMIGOS AL DEPRIMIDO?

No debe olvidarse que los que rodean a un deprimido también sufren. Generalmente no entienden lo que está pasando, ya que aparentemente no hay motivo para el estado del enfermo.

Es esencial, la adopción de una actitud comprensiva y abierta, que permita que se desarrolle el diálogo y se pueda ir restableciendo la objetividad poco a poco; recordemos que el deprimido suele tener una especial sensibilidad para los aspectos tristes, siendo incapaz de ver los positivos.

Es inútil pedirle a un deprimido que te explique lo que le pasa, no podrá hacerlo, no sabe lo que le pasa. Si se insiste en ello, lo único que se conseguirá, es convencerle más de que no se le entiende, y en algunos casos irritarle. Tampoco se debe pretender argumentarle que vea la realidad con objetividad, no podrá . Hay que entender que no está así por su gusto.

Que no servirá de nada que le digamos que se anime o que se involucre en actividades. Lo que suponga un esfuerzo no está de su mano. Según la gravedad, hay cosas que no puede hacer, como divertirse, por mucho que otros se empeñen, ir a trabajar, viajar, leer, ver televisión, pescar, etc., suelen ser consejos que el deprimido no puede seguir.

Lo mejor que pueden hacer las personas que se encuentren cerca de un deprimido, es transmitirle el sentimiento de que se les quiere y de que se tiene interés en ellos, sin agobiarles, y manteniendo una actitud de espera activa, convencidos de que saldrá de su situación.

Simultáneamente a lo anterior, deben de tratar que el enfermo acepte la ayuda especializada de un psiquiatra o psicólogo.

TRATAMIENTO

  • El tratamiento ha de ser abordado por profesionales de la salud, psiquiatras o psicólogos, y los métodos son diversos, según los casos. Si estamos ante un episodio agudo de depresión o ante un período de progresivo deterioro, estará indicada la hospitalización. En depresiones graves puede estar indicado el uso de terapia convulsiva.

  • El tratamiento médico con medicación es siempre adecuado, pues alivia un sufrimiento innecesario.

  • En todos los casos, la psicoterapia de apoyo es necesaria, en ella se ayuda al enfermo, en un principio a desahogarse, y posteriormente a identificar y asimilar los eventos de su vivencia, que pueden estar implicados en el desarrollo y mantenimiento de su estado, para mediante el entendimiento, la comprensión, la simulación, el aprendizaje y el cambio de determinados aspectos de la vida, prevenir futuros episodios.
Angel Marín Tejero
Psicólogo - Terapeuta